El TNFD (Taskforce on Nature-related Financial Disclosures) es una iniciativa global que guía a las organizaciones a integrar riesgos ambientales, impactos sobre la biodiversidad y dependencias de la naturaleza en su estrategia financiera y de sostenibilidad. En este artículo exploramos qué es, cómo funciona y por qué se ha convertido en una herramienta clave para fortalecer la sostenibilidad empresarial en Colombia y el mundo.
TNFD: qué significa y cuál es su función en sostenibilidad
El TNFD, por sus siglas en inglés Taskforce on Nature-related Financial Disclosures, hace referencia a un grupo de trabajo internacional enfocado en la integración de la naturaleza dentro de las prácticas de divulgación financiera. En español, se conoce como el grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras relacionadas con la Naturaleza.
Este colectivo está compuesto por 40 miembros que provienen de organizaciones financieras, corporativas y de servicios estratégicos distribuidas en al menos 18 países de cinco continentes. Su principal objetivo es impulsar un marco estandarizado que permita evaluar, gestionar y revelar la relación que una compañía tiene con el medio natural, destacando tanto sus impactos como sus dependencias.
Además de promover una mayor transparencia, el TNFD busca que las organizaciones consideren dentro de sus informes no financieros aspectos relacionados con la biodiversidad, los ecosistemas y la sostenibilidad ambiental, sentando así las bases para decisiones más alineadas con la preservación del planeta.

Cómo funciona el TNFD: enfoque, riesgos e impactos
El enfoque del TNFD ha sido construido con el respaldo de diversas organizaciones comprometidas con la conservación y la investigación científica. Su propuesta se basa en 14 recomendaciones esenciales que ayudan a identificar cómo las actividades de una compañía afectan y dependen de la naturaleza, y cómo estos factores deben influir en la toma de decisiones y en la gestión de los flujos financieros.
Este marco no busca imponer una nueva normativa, sino alinear los informes organizacionales con estándares internacionales ya existentes en temas ESG. En su construcción se han integrado referencias clave como las divulgaciones del ISSB (Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad) y las directrices del TCFD, un modelo centrado en el cambio climático que sirvió como base para la creación del TNFD.

Las recomendaciones del marco giran en torno a cuatro ejes principales: dependencias, impactos, riesgos y oportunidades relacionadas con la naturaleza. Esto implica comprender cómo una organización se beneficia de los recursos naturales y, al mismo tiempo, cómo sus operaciones afectan a la biodiversidad y los ecosistemas.
En cuanto a riesgos, el TNFD propone evaluar tanto los de tipo físico como fenómenos naturales extremos como los riesgos transicionales, derivados de nuevas regulaciones, transformaciones del mercado o cambios en la percepción de los consumidores.
La transparencia juega un papel esencial. Se recomienda establecer métricas ambientales claras y objetivos cuantificables, así como fomentar la participación de comunidades locales y otras partes interesadas para enriquecer la comprensión de los efectos que generan las actividades corporativas. Además, el TNFD invita a adoptar enfoques guiados por la ciencia, utilizando herramientas como las orientaciones de la Science Based Target Network, que ayudan a establecer metas ambientales sólidas y medibles.
Pilares del TNFD para la gestión ambiental y empresarial
El marco del TNFD se sustenta en cuatro pilares estratégicos que permiten a las organizaciones comprender y abordar de manera integral su relación con la naturaleza. Estos elementos estructurales no solo guían la divulgación de información, sino que también fortalecen la toma de decisiones alineadas con una visión de sostenibilidad a largo plazo.
El primer pilar es la gobernanza, que hace referencia a la forma en que una organización gestiona los riesgos y oportunidades derivados de su interacción con el entorno natural. Este aspecto evalúa si las estructuras directivas incorporan criterios ambientales en sus procesos decisionales y si los altos niveles de liderazgo están informados y comprometidos con las implicaciones ecológicas de sus operaciones.
El segundo componente es la estrategia, que se centra en cómo los elementos relacionados con la naturaleza influyen en la planificación general de la organización. Este pilar promueve la integración de conceptos como la restauración ecológica, la economía circular o las inversiones en proyectos de conservación, no solo como mecanismos de mitigación, sino como oportunidades para generar valor a través de prácticas responsables con el medioambiente.
El tercer pilar es la gestión de riesgos, el cual considera tanto los riesgos físicos como los eventos climáticos extremos o la degradación de ecosistemas como los riesgos transicionales, que pueden estar vinculados a cambios regulatorios o transformaciones en la demanda del mercado hacia productos y servicios más conscientes con el entorno.
Finalmente, se encuentra el eje de métricas y objetivos, que aborda cómo las organizaciones miden su gestión ambiental. En este punto, se espera que se establezcan indicadores claros y metas cuantificables basadas en evidencia científica. Esto incluye el seguimiento de aspectos como la biodiversidad, la huella de carbono, el uso del suelo y el consumo de agua, con el fin de evaluar y mejorar continuamente el impacto de sus actividades.
En conjunto, estos pilares constituyen una guía robusta que ayuda a las compañías a incorporar la naturaleza en el centro de su gestión ambiental.
TNFD: herramienta para sostenibilidad empresarial y biodiversidad
El marco del TNFD se posiciona como un aliado estratégico para aquellas organizaciones que buscan alinear sus decisiones financieras y operativas con la protección de la naturaleza. Su propósito es claro: conectar los intereses del sector financiero con prácticas responsables que protejan la biodiversidad y los ecosistemas, abordando desafíos como la degradación ambiental y la pérdida de especies, que hoy amenazan el equilibrio del planeta.
Adoptar este enfoque permite a las compañías anticiparse a regulaciones ambientales emergentes, adaptarse a los cambios en las preferencias de los consumidores y fortalecer su imagen frente a un público cada vez más consciente del impacto de sus decisiones de compra. Esto no solo reduce riesgos financieros, sino que también abre nuevas oportunidades de transformar sus procesos internos, incluyendo la cadena de abastecimiento hacia la sostenibilidad.
Desde una perspectiva global, el TNFD promueve la transparencia y la responsabilidad corporativa, valores clave para una economía que respete los límites naturales del planeta. Su implementación puede contribuir a restaurar la biodiversidad, fomentar modelos productivos más responsables y acelerar la transición hacia una economía basada en soluciones basadas en la naturaleza. Además, el marco se encuentra alineado con otras iniciativas internacionales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París sobre el cambio climático.

El TNFD representa mucho más que un sistema de divulgación. Es una herramienta transformadora que guía a las organizaciones hacia una integración real de la naturaleza en sus decisiones. En tiempos de urgencia ambiental, este marco ofrece una vía clara para convertir el compromiso con el planeta en acciones concretas, medibles y sostenibles, fomentando un modelo económico más justo con el entorno y las generaciones futuras.